En el número 145 de AVANTE, semanario independiente de Ciudad Rodrigo, del
día 18 de enero de 1913 aparece publicada la respuesta de Luis Rodríguez Miguel a los dos artículos que publicó Jesús Pereira en El Salmantino los días 8 y 9 de enenro de 2013.
Los Milagros de Urenia y las Columnas de Ciudad Rodrigo II
Han pasado varios días desde la publicación con este mismo
título, en el AVANTE —21 de Diciembre de 1912— de la excitación a los
mirobrigenses para poner en claro la identidad o diversidad de ambos monumentos,
y aunque el plazo no es muy largo, para que tomen parte en esta investigación
histórico-arqueológica, otras personas, —seguramente esperamos la tomarán— creo
cumplir con un deber de cortesía contestando y haciéndome cargo de algo que han
dicho, los que hasta ahora se han dignado tomar parte, correspondiendo a mi
invitación.
Comienzo por manifestar mi grata sorpresa y reconocimiento,
al Sr. don Jesús Pereira, que con modestia muy laudable, oculta a un erudito,
entusiasta investigador de la historia de Ciudad Rodrigo, que puede y debe
convertirse, en un auxiliar de gran provecho para los trabajos que en esa
región, se relacionan con la historia, los monumentos, el arte y la
arqueología, que según su misión, debe llenar la Comisión de Monumentos.
Hago mías, y veré con sumo gusto cumplidas, las excitaciones
que don Alejo Hernández, hacía en el AVANTE, a los Sres. don Mateo Hernández
Vegas, don Jesús D. Sánchez-Bordona, y al historiador Sr. Nogales, esperando,
confiadamente, que estos Sres., hagan buena la afirmación del Sr. Hernández, de
«ser conocidísimo este asunto de los intelectuales mirobrigenses».
Cediendo, forzosamente, a la limitación que impone un
artículo de periódico, en la cantidad y extensión del que inserta esta líneas,
porque a ello me obliga la gratitud con que se dio hospitalidad en él a mi primer
artículo, voy en el presenta a contestar al que en El Salmantino, publicó el 28
de Diciembre último, don Jesús Pereira, sin ampliar, ni rectificar, lo que
pudiera hacer, si me atuviera a los otros dos, que en el mismo periódico, ha
dado a luz dicho señor.
Desde luego, no es posible contestar a la primera pregunta
mía: ¿Existen esas columnas en los altos de Urueña?, sin una inspección ocular
sobre el terreno, practicada por una persona inteligente y aficionada a estos
estudios. Que no existen enhiestas, como por lo visto estuvieron en tiempo del
historiador Cabañas, es evidente; si existieran como las vio este historiador,
las hubiera descrito el erudito arqueólogo Sr. Gómez Moreno, que habla de los
restos de la antigua ciudad romana, sin entrar en la enumeración de ellos, y éstos,
por lo menos, por su importancia, no hubiera dejado de señalarlos; es verdad que
pueden existir mutiladas las columnas, desperdiciadas y abandonadas a las
injurias del tiempo; lo que no es extraño en ciudades ruinosas y despobladas,
cuando tan recientemente el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, tiró a tierra las
columnas que estaban en un ángulo de la casa consistorial —cuyo espectáculo,
tanto impresionó al Sr. Marqués de Cerralbo— sin que se sepa dónde piensa
colocarlas, si es que ya no han servido para cimiento o mampuesto de alguna
moderna construcción.
Son ciertos los datos de que Cabañas, aduce el Sr. Pereira,
para demostrar la coexistencia de ambos monumentos, y, como lógica y legítima
consecuencia, la de que no son las de Ciudad Rodrigo, las que existieron en
Urueña; de donde se desvanece la sospecha, por mi apuntada, de ser aquellas las
que existen hoy en el ciudad mirobrigense.
Debo añadir, que estas tres formas, en las que yo designo a
la ciudad destruida, son las mismas que indica el P. Fita, a saber: Oronia, en el siglo XII, Uruonia, en el siglo XVI y Urueña, en el siglo XVII.
Los dos artículos que el Sr. Pereira ha publicado en El Salmantino correspondientes a los
días 8 y 9 del mes actual, suministran preciosos datos para resolver la
cuestión, de si, tanto las columnas de Urueña, como las de Ciudad Rodrigo, son
un Trifinio augustal, punto capital que nuestro ilustre académico, quería ser
resolviese por la Comisión de Monumentos, y que en espera de nuevos datos que
suministre el Sr. Pereira, u otros escritores, podremos someter a la decisión
de la referida comisión provincial de Monumentos, para que después los examine
el Sr. Director de la Academia de la Historia.
Yo me felicito, y felicito a Ciudad Rodrigo porque con este
motivo hayamos despertado la curiosidad de personas amantes de la historia y
Monumentos de esta ciudad tan interesante, olvidada, como otras de esta
provincia de Salamanca, por incuria nuestra, y que se haya dado a conocer
persona tan erudita y laboriosa, como el Sr. D. Jesús Pereira, al que, además
de nuestra simpatía y amistad, ofrecemos cuanto esté de nuestra parte y pueda
serle útil, para sus interesantes estudios e investigaciones.
LUIS RODRÍGUEZ MIGUEL
Salamanca, 10 Enero 1913
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